23 de julio de 2008

'Invitamos a las mexicanas a organizarse y juntas acabar con el neoliberalismo y luchar por el respeto a la vida, sin dejar de trabajar para no morirnos de hambre': Comandate Dalia...'

La comandante Rosalinda recuerda desde su infancia las luchas del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) por patentizar el rol político de las mujeres mexicanas dentro del grupo insurgente y también en las funciones de gobierno.

Nacido a la luz pública en 1994 y gestado en las selvas de la Sierra Lacandona, en el sureste mexicano, el EZLN reconoce la participación femenina en los frentes revolucionarios del movimiento, cuya auténtica incorporación germina del pueblo indígena.

'Esa es una de las más importantes premisas revolucionarias', afirmó la comandante Rosalinda en el último Encuentro Internacional de las Zapatistas, frente a más de dos mil participantes y delegadas de 30 países y del estado de Chiapas.Como en la mayoría de los foros del grupo insurgente mexicano, esta vez las mujeres al mando de la Comandante denunciaron la negativa de la administración federal a establecer una mesa de diálogo para discutir los problemas de género.

“Exigimos se nos tenga en cuenta, tenemos el derecho a participar, a ser elegidas en las diputaciones y a defender las conquistas de la población zapatista discriminada por años”, destacó.

El EZLN está seguro de que ellas son parte indispensable en la dirección del país, con un lugar especial a la hora de encarar retos al más alto nivel y por ello, en los escenarios nacionales exigen ofrecer a las indígenas oportunidades para asumir cargos públicos.

Hace 14 años, en la selva tzeltal, se promulgó la Ley Revolucionaria de Mujeres y desde entonces hasta la actualidad existe todo un programa de lucha y respeto para las zapatistas.La norma constituye el eje conductor no explícito de los debates con mujeres del mundo a fin de perfeccionar un modelo de vida mejor hacia el futuro.Dalia, otra comandante zapatista, declaró a la prensa que las indígenas nunca perdonarán los daños ocasionados por el capitalismo.

Llenos los ojos de lágrimas, evocó a las caídas en la lucha por sus derechos y narró los cambios materializados en las comunidades indígenas, en donde se van borrando la discriminación y la violencia doméstica.La oradora recordó pasajes del alzamiento hace 14 años, la experiencia de su batallar pacífico y en la resistencia, así como la evolución registrada a partir de entonces con la incorporación de las mujeres a la vida política y la participación comunitaria.

'Por esa razón invitamos a las mexicanas a organizarse y juntas acabar con el neoliberalismo y luchar por el respeto a la vida, sin dejar de trabajar para no morirnos de hambre', indicó.Una de las tareas que se han propuesto las mujeres zapatistas en sus comunidades es rescatar la medicina tradicional, con la capacitación en temas herbolarios y en laboratorios botánicos ya establecidos.

La dinámica que manejan es simple: las ancianas capacitan a las más jóvenes y establecen un ciclo, porque -como manifiestan las indias-para los integrantes del EZLN 'la medicina no es un negocio'.

El sueño más recurrente de las zapatistas es constituir una universidad autónoma, reconocida a escala nacional, para formar a servidores del pueblo con una cultura histórica sólida. Piensan en el desarrollo de la juventud mexicana, considerada por los zapatistas como el futuro.

Programas de estudio

Los núcleos de mujeres han desplegado programas de estudio interno dentro de las localidades indígenas, sobre todo en las de Chiapas, en cuyos centros, llamados escuelas autónomas zapatistas, han atendido a más de dos mil alumnos.

El papel de la mujer es significativo en la promoción de planes de trabajo, el cuidado de recursos naturales, y las siembras de frutos y verduras en la selva.Una mamá zapatista especificó que 'a sus niños se les enseña a respetar a sus mayores e iguales, a asumir responsabilidades y hacer conciencia social'.Como mujeres han demostrado tener el valor de empuñar las armas si así fuera necesario y exponer su preocupación ante la presencia excesiva de bases militares en los alrededores de sus comunidades chiapanecas.

Reportajes destacan la labor femenina de difusión en reclamo de la liberación de zapatistas presas por el sólo hecho de defender las conquistas revolucionarias. Sin las mujeres no se puede hablar de un gobierno del pueblo, por eso ahora ellas son reconocidas dentro de las comunidades indígenas y tienen derecho a discutir sobre el proceso político en México.Sus mensajes son reiterativos a la hora de animar al género en pos de la esperanza y el futuro triunfo de las mujeres mexicanas en ciudades o en el campo.

Por Yudith Díaz Gazán/Prensa Latina
http://cml.vientos.info/node/12656

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